Hace poco, alguien me contó que en firmas de prestigio como PwC, solo pueden llegar a ser socios aquellos que logran vender.
No importa cuán buenos sean técnicamente o cuánta experiencia acumulen; si no generan negocio, no avanzan. Les imponen una meta anual de ventas, y solo quienes la cumplen pueden aspirar a la posición más alta.
Esto me hizo preguntarme: ¿también hacen socios a los empleados operativos? Y si no es así, ¿por qué?
Lo que parece estar sucediendo es que algunos de esos operativos, con el tiempo, evolucionan y se convierten en vendedores, aunque no con ese título. Su conocimiento técnico se combina con la capacidad de identificar oportunidades, generar confianza y conectar con clientes. En esencia, dejan de ser solo ejecutores y se transforman en estrategas comerciales.
¿Los vendedores son más culturizados que los empleados operativos?
1. Introducción: La percepción de los vendedores vs. empleados operativos
En el mundo empresarial, los vendedores suelen recibir más reconocimiento y valoración que los empleados operativos. Esto no es necesariamente una cuestión de justicia, sino de percepción y del impacto directo que tienen en los ingresos de una empresa. Sin ventas, no hay negocio. Pero tampoco sin operaciones sólidas.
La diferencia entre un vendedor y un empleado operativo no es solo la función que desempeñan, sino el tipo de habilidades que desarrollan. Mientras que los operarios se especializan en la ejecución y precisión de procesos, los vendedores dependen de la comunicación, la persuasión y la generación de confianza para cerrar acuerdos. Esto los hace parecer más "culturizados" en el sentido de que deben entender mercados, tendencias, clientes y contextos diversos. Pero, ¿es realmente así?
2. ¿Qué significa estar culturizado en el contexto laboral?
Para entender si los vendedores son más culturizados, primero hay que definir qué significa "cultura" en este contexto. La cultura en el ámbito laboral puede entenderse de dos maneras:
Cultura técnica: el conocimiento profundo de un área específica, que permite operar con eficiencia y precisión.
Cultura social y estratégica: la capacidad de comprender tendencias, contextos y comportamientos humanos para tomar decisiones acertadas.
Un ingeniero especializado en maquinaria puede estar altamente culturizado en su ámbito, pero tener dificultades para vender sus ideas a clientes o directivos. Por otro lado, un vendedor exitoso puede no saber programar una máquina, pero sí entender el negocio, el cliente y el momento adecuado para hacer una oferta.
3. ¿Por qué los vendedores parecen más valorados en las empresas?
En el entorno corporativo, la valoración de un puesto está directamente relacionada con su impacto en los ingresos y la rentabilidad. Los vendedores, al generar nuevos negocios, son percibidos como esenciales para la supervivencia de la empresa. Algunas razones por las que se les valora más incluyen:
Son la conexión entre la empresa y el mercado. Sin ellos, los productos y servicios no llegan a los clientes.
Aportan crecimiento inmediato. Un nuevo contrato puede significar millones de dólares para la empresa.
Tienen una visibilidad alta. Mientras que un operario puede hacer un trabajo excelente en segundo plano, un vendedor exitoso es reconocido por traer grandes cuentas.
Sin embargo, esto no significa que los empleados operativos no sean fundamentales. De hecho, sin buenos operarios, los vendedores no tendrían productos o servicios que ofrecer. Es un equilibrio necesario.
4. ¿Son los vendedores más raros que los empleados operativos?
La capacidad de vender no es natural para todos. Se requiere una combinación de habilidades difíciles de encontrar:
Resistencia al rechazo. Un buen vendedor escucha más "no" que "sí" y sigue intentándolo.
Capacidad de persuasión. No se trata solo de hablar bien, sino de entender qué motiva a la otra persona.
Inteligencia emocional. Saber cuándo insistir, cuándo retirarse y cómo leer a la otra persona.
Esto hace que los buenos vendedores sean más escasos en comparación con los empleados operativos, cuya formación puede ser más estructurada y técnica.
5. La escasez de buenos vendedores
Si bien todos pueden aprender a vender hasta cierto punto, no todos quieren hacerlo ni lo hacen con naturalidad. La educación tradicional no suele preparar a las personas para vender. En cambio, se les enseña a ejecutar tareas, seguir procesos y perfeccionar habilidades técnicas.
Además, la profesión de ventas ha estado rodeada de estereotipos negativos:
- "Vender es manipular."
- "Vender es molestar a la gente."
- "Si eres buen vendedor, deberías estar haciendo algo más importante."
Estos mitos han reducido la cantidad de personas que ven las ventas como una habilidad valiosa, lo que contribuye a su escasez.
6. ¿Por qué los vendedores necesitan mayor culturización?
Un vendedor no solo necesita saber hablar bien; debe entender:
- El producto o servicio que vende.
- El mercado y la competencia.
- Las tendencias y necesidades del cliente.
- El impacto de su oferta en el negocio del cliente.
Esta necesidad de conocimiento hace que los buenos vendedores sean más culturizados en términos estratégicos y de negocios.
7. ¿Y los empleados operativos? ¿Son menos culturizados o simplemente diferentes?
Decir que los vendedores son más culturizados podría ser una simplificación. Los empleados operativos tienen otro tipo de cultura, una basada en:
Precisión y especialización. Un programador, un diseñador o un ingeniero deben saber más sobre su campo que cualquier otra persona.
Disciplina y repetición. La maestría en una tarea técnica requiere repetición y perfección.
Menos variabilidad en la interacción. Mientras que un vendedor se enfrenta a clientes distintos cada día, un operario trabaja con procesos más estables.
Ambos tipos de cultura son esenciales. Sin operarios expertos, la calidad de los productos y servicios disminuiría drásticamente.
8. La diferencia clave: vender es arte, operar es ciencia
Aquí radica una de las grandes diferencias. Mientras que operar bien un proceso es una ciencia que puede aprenderse y perfeccionarse con reglas claras, vender es un arte que requiere intuición, adaptabilidad y creatividad.
Por eso, muchas empresas buscan híbridos: personas que puedan operar con excelencia pero que también tengan la capacidad de vender cuando sea necesario.
9. Los vendedores que no son vendedores: El caso de PwC y otras firmas de alto nivel
Curiosamente, algunos de los mejores vendedores no tienen el título de "vendedor". En firmas como PwC, Deloitte o McKinsey, hay socios que venden millones de dólares en contratos sin ser vendedores tradicionales.
¿Qué los hace buenos vendedores sin ser "salesmen"?
Confianza. Son expertos en su campo y los clientes confían en su criterio.
Cultura empresarial. Entienden profundamente la industria, los problemas y las oportunidades.
Identificación de valor. No "cierran" ventas, simplemente muestran valor de manera estratégica.
Este tipo de vendedor demuestra que la venta no es solo una cuestión de hablar bien o ser carismático, sino de tener un conocimiento profundo del negocio y transmitir confianza.
10. Conclusión: ¿Quién es más valioso realmente?
Lo que realmente define el valor de una persona dentro de una empresa no es su puesto, sino su potencial y ganas de generar impacto.
Cuando escuché que en firmas como PwC solo llegan a ser socios quienes logran vender, me hizo pensar en cómo funciona realmente el crecimiento profesional en esos entornos. No he estado dentro de estas firmas, así que no puedo asegurarlo con certeza, pero imagino que, en algún punto, los operativos más destacados no ascienden solo por su conocimiento técnico, sino porque han desarrollado la capacidad de identificar oportunidades y generar confianza con clientes y esto se traduce de forma muy natural en ventas. Tan natural que ni siquiera parece una venta. Es simplemente agregar valor.
Los empleados que aprenden a operar la venta de manera estratégica, integrando su expertise con una visión comercial se convierten en socios. Si esto es cierto, entonces el valor no está solo en vender o ejecutar, sino en la evolución hacia un punto intermedio donde ambas habilidades se combinan para generar el mayor impacto.